Empieza aquí nuestro tramo final de la Ring Road de Islandia. Nos adentramos en la región de Grundarfjördur y continuamos el viaje hasta la Península de Snæfellsnes.
Comenzamos la conduciendo hacia Grundarfjördur y realizando una ascensión al Monte Kirkjufell. Ha sido una buena subida, parecida de alguna forma a las ascensiones que ya había hecho antes en la zona del pirineo.
Aún así, no deja de ser bastante accesible salvo algún tramo final. Merece la pena acercarse hasta su base para realizar la ruta poder disfrutar de unas maravillosas vistas de 360º del paisaje que rodea a este monte, y una panorámica perfecta e idílica del pueblo. Al llegar a lo alto nos tomamos nuestro tradicional sándwich disfrutando de las vistas que nos brindaba el monte.
Después de bajar de este monte, volvimos al centro del pueblo a dejar nuestras cosas en el albergue. Además, como ya andábamos bastante faltos de ropa, necesitábamos urgentemente hacer una colada. En la guía que tengo venía anunciada una lavandería en el pueblo, y la buscamos y buscamos pero no conseguíamos encontrarla. Le preguntamos a un señor en la calle y nos dijo que lavandería como nosotros pensábamos no existía, que lo que realmente había en esa dirección era una auto-lavandería-caseta. Nos acercamos a la caseta y nos encontramos con eso: ¡una caseta con una lavadora dentro! Y ahí lavamos nuestra ropa mientras tomamos un chocolate.
Dejando atrás esta bonita región, hicimos un par de paradas curiosas, pero no espectaculares. Por un lado visitamos la playa de Stardsvik, en teoría una de las mejores playas del norte de Islandia. Nuestro veredicto es «sin más», quizás porque estamos acostumbrados a las playas gallegas, pero no es nada especial. Después paramos en los Acantilados Svortuloft, que tienen unas bonitas vistas y un faro naranja chillón que me encanta.
Por último, nos encontramos un palo muy extraño que parecía algo alienígena. Es muy, muy alto, y parecía algún tipo de antena. Rebuscando en Internet, encontramos que es el Longwave Radio Mast Hellissandur y que mide 412 metros de alto.
Finalmente, continuamos hasta Grundarfjördur, nuestra parada final. Este pueblo está enclavado en la Península de Snæfellsnes, aquí está la capa de hielo Snaefellsjökull, lugar donde se accede al centro de la Tierra en la novela de Julio Verne a través del cráter Snaefells.
En esta zona decidimos hacer ya vida de relax, pues era nuestra parada final. Visitamos el volcán Eldborg. Este volcán se levanta 100m del suelo junto a la desolada llanura de Eldborgarhraun. Es un buen lugar para estirar las piernas y realizar una caminata sencilla (salvo el tramo final de subida, pero es muy corto).
Desde aquí ya volvimos a Reykjavík para pasar la última noche y coger el avión de vuelta a Londres y de ahí a España.
Este viaje ha sido espectacular y, para mí en concreto, ha marcado un antes y un después en el tipo de viajes que me gustaría seguir haciendo. Quiero estar rodeado de naturaleza, ver cosas diferentes, culturas diferentes, huir en la medida de lo posible de lo típico y dejarme llevar por las sensaciones.
¡Espero que os haya gustado esta aventura! Volveré con más 😉
Atalogo!