Una de las mejores experiencias viajeras que he tenido y probablemente tendré en mi vida. Irán me ha aportado mucho en todos los sentidos. Tenía unas expectativas muy altas pero se quedaron cortas. Un bagaje cultural, arquitectónico y artístico de infarto, paisajes de otro planeta y gente de otra galaxia. Eso es Irán: un viaje 10.
Resumen del Viaje
Tanto mi amiga Noe como yo hemos vuelto de Irán sintiéndonos embajadores. No del gobierno teocrático y dictatorial que llevan sufriendo desde que en 1979 se libraron de siglos de Shahs despilfarradores para caer en la tiranía de los Ayatollah, sino del pueblo iraní, que nos acogió en todo momento con los brazos abiertos y una sonrisa, abriéndonos las puertas de sus casas y de los tesoros de su país.
Me parece muy difícil que un viaje a Irán pueda dejar insatisfecho. Se busque lo que se busque se puede encontrar allí casi con toda seguridad. Desde el impagable legado persa hasta los palacios de los Shah pasando por las formidables mezquitas, Irán transforma cada día en una auténtica aventura por el túnel del tiempo y el túnel social.
Solo hay que hacer una cosa: dejar atrás todos los prejuicios. Viajar a Irán necesita hacer previamente una liberación mental de toda la terrible propaganda con la que nos bombardean continuamente los medios de comunicación y los gobiernos de las más importantes potencias mundiales. Se viaja a la antigua Persia no para visitar su loco gobierno. Así que ya va siendo hora que se sepa la realidad…
En Irán me he sentido más seguro de lo que me he sentido muchas veces en Europa. Todo ha sido amabilidad, ayuda e interés por mimar a los turistas, en cualquier ciudad y a cualquier hora del día.
Para visitar un país en el que el viaje en sí se transforma en una experiencia interactiva a todos los niveles, con muchos factores sorpresa positivos en el 95% de los casos y que nos llevará a uno de los epicentros en el origen de las grandes civilizaciones, anímate a ir a Irán. Si quieres vivir de primera mano cómo fue mi paso por este punto clave de Oriente Medio, sigue leyendo.
Diario de Viaje: Paso a Paso (Enlaces)
- Antes de Salir
- Etapa 1 – Un Paseo por Tehran
- Etapa 1 – Road Trip de Tehran a Isfahan
- Etapa 2 – Isfahan (Día 1)
- Etapa 2 – Isfahan (Día 2)
- Etapa 2 – Isfahan (Día 3)
- Etapa 3 – Varzaneh: Arena, Sal y Barro
- Etapa 3 – Yazd, La Ciudad de Los Tejados
- Etapa 3 – Excursiones desde Yazd
- Etapa 4 – Shiraz: Piedra y Color
- Etapa 4 – Persépolis: Piedra y Grandeza
- Etapa 5 – Meymand y Kaluts: De la Cueva al Desierto
- Etapa 5 – Kerman: 100% Farsi
- Etapa 6 – Últimos Días en el Norte
- Galería Fotográfica: Patrimonio Humano
- Galería Fotográfica: Naturaleza
El Itinerario Final
A día de hoy Irán es un país al que viajan muchas mochileras y mochileros de forma independiente. Si se va solo es muy fácil hacer piña con gente muy interesante de muchos países con increíbles historias viajeras. También se puede ir en grupo organizado, pero considero que se pierde gran parte del encanto (algunas personas que iban en grupo organizado con las que nos encontramos dijeron que se arrepentían de no haber ido por su cuenta) y realmente no hace falta… ¡Viajar por Irán es fácil!
Aunque no se sepa inglés, no pasa nada… Hay muchos sitios en los que el inglés no vale para nada y hay que recurrir a lenguaje corporal o traductores en el móvil para la comunicación básica, pero la gente de Irán es paciente y está dispuesta a hacerse entender y que les entiendan salvando todos los impedimentos.
Llegué al aeropuerto de Tehran (volando desde Nepal) con la idea clara para los primeros 13 días del viaje que compartí con mi amiga Noe que venía desde España. Sabíamos que queríamos empezar en Tehran y llegar a Shiraz pasando por Isfahan y Yazd y, a poder ser, parando en algún desierto.
Todas las reservas las hicimos sobre la marcha y continué con esa dinámica una vez que Noe volvió a España (yo me quedé 8 días más).
Visité siguientes zonas:
1) Tehran, la macro-Capital: Suelo huir de las grandes ciudades, pero no queríamos perdernos un paseo por Tehran. Teniendo en cuenta lo que hay en Irán puede que su capital palidezca al lado de otras preciosas ciudades, pero no desmerece un par de días para visitar cómodamente una pequeña selección de sus templos y su bazar.
2) De Kashan a Isfahan: Fuimos en taxi privado y no en autobús para empezar en la bonita mezquita y jardines de Kashan y llegar a Isfahan haciendo una parada en un poblado de adobe de milenaria tradición: Abyaneh.
3) Isfahan: Los casi cuatro días que pasamos aquí fueron plenos e intensos, y podríamos habernos quedado otros tantos. Con sus gloriosos puentes, perfectas mezquitas y geométricos palacios, Isfahan es ya una de mis ciudades favoritas.
4) Yazd y sus Alrededores: Bonita y tranquila ciudad con un interesante centro histórico y multitud de excursiones variadas de un día que atraen a muchos turistas. Muy recomendable.
5) Shiraz y Persépolis: Hasta aquí hay que llegar sí o sí. Shiraz es espectacular. Ciudad de arte y cultura. Y Persépolis… imposible resumirlo en una frase. ¡De esas cosas que no se olvidan fácilmente!
6) Meymand y El Desierto de Los Kaluts: Dos paisajes muy diferentes y ambos muy duros para la humanidad (sobre todo el segundo). Una pequeña Capadoccia alejada de la civilización y el punto más cálido del planeta.
7) Kerman y Alrededores: No muchos turistas llegan a Kerman. No es tan impactante como Isfahan, Shiraz o Yazd, pero representa un buen núcleo para visitar los Kaluts, Rayen, Mahan o Bam.
8) Mashhad: Cerca de la frontera con Afganistán (al noreste del país) está el epicentro religioso de Irán. No hay lugar más divino y donde se respire más fe que el mausoleo del Imam Reza que domina el centro de la ciudad.
9) Valle de Alamut: Enormes montañas, paisajes verdes, ruinas de antiguos castillos de un olvidado clan… ¡La Irán más salvaje!
Información Post-Viaje
Transportes
Buenas carreteras con normales y lujosos autobuses, cómodos trenes y vuelos baratos es la dinámica que resume los medios de transporte en Irán. Moverse por el país no representa ninguna complicación y no hace falta en general reservar billetes con mucha antelación.
– Tren: hay varias líneas de tren que unen las ciudades más importantes. La línea del norte (Tabriz – Qazvin – Tehran – Mashhad). Conviene comprar los billetes con algunos días de antelación porque los trenes (especialmente los nocturnos) se pueden llenar. Yo viajé en tren nocturno de Mashhad a Qazvin en un compartimento con otras 3 personas, con asientos y literas cómodas y hasta televisión. Fueron 13 horas y pagué al cambio 30€.
– Autobús: bueno, bonito y barato. Los autobuses VIP (que no es que estén pensados para turistas, simplemente que son ultracómodos y no mucho más caros) son una pasada con asientos que se transforman en auténticos sofás con mucho espacio para las piernas. He viajado mucho en autobús, trayectos cortos y largos, y me ha sorprendido tanto la puntualidad como la calidad de las carreteras.
– Avión: hay bastantes aeropuertos domésticos situados en puntos claves del país. Irán es muy grande (más del cuádruple de superficie que España) y los vuelos internos pueden suponer una buena forma para ahorrar tiempo si se quieren visitar zonas alejadas entre sí. En general el precio se mantiene bastante constante (entre los 50€ y 70€) por trayecto y los billetes se pueden comprar en cualquier agencia local de viajes. Las compañías más fiables son Mahan Air, Iran Air y Kish Air.
– Transport Urbano: el transporte urbano es sinónimo de taxis. Son baratos y están por todas partes. Es imprescindible fijar el precio antes de subir. A veces hay taxis compartidos que pueden salir muy baratos (Dar Baste), pero hay que hablarlo con el taxita.
Higiene y Limpieza
Tanto las grandes ciudades como los pequeños pueblos de Irán me han parecido muy limpios y cuidados. Después de un mes en Nepal donde las condiciones sanitarias brillaban por su ausencia, el nivel de higiene de Irán me ha parecido bastante alto.
A día de hoy los baños estilo occidental (con taza de váter de «sentarse») se están extendiendo cada vez más, aunque los baños de agujero (a los que ya estoy absolutamente acostumbrado) predominan en locales públicos, hostales locales no destinados inicialmente a turistas y muchas casas privadas. Pero ello no quiere decir que no estén relativamente limpios. Conviene llevar papel de baño si no se quiere recurrir a la manguerita para limpiarse las partes…
Se puede beber agua del grifo y los restaurantes sean del tipo que sea tienen en general muy buena pinta y parecen muy limpios.
Conclusión: Irán es un país muy limpio a diferencia de otros países asiáticos.
Alojamientos
Compensa utilizar Couchsurfing. Quedarse en casa de gente local es parte de la diversión y del espectáculo de la hospitalidad persa. A lo largo de 3 semanas he tenido conversaciones muy interesantes, cultas, divertidas y frikis con mis anfitriones. Vamos, que me lo he pasado genial en casa de esta buena gente.
Y no solo se puede encontrar anfitriones usando couchsurfing… Varias personas que conocí en la calle, en un taxi o en un parque me invitaron abiertamente a quedarme con ellos y si no lo hice fue porque ya estaba con alguien o había pagado ya una habitación.
Como comentaba antes… ¡En Irán nunca sabes lo que te va a ocurrir! Cada día está lleno de sorpresas.
Fuera de las casas privadas, es fácil encontrar alojamiento decente por una media de 10 € (y eso teniendo en cuenta que casi siempre tuve que pagar habitaciones dobles o triples para mí solo…). Los hostales son cómodos y bastante limpios.
También hay hoteles de categoría superior, pero son caros (en Tehran estuvimos en un hotel y pagamos 60€ diarios por una habitación doble con baño privado que estaba muy bien, pero…)
Todas las reservas de hostales las hice directamente al llegar a la ciudad o el día antes enviando un email y nunca tuve ningún tipo de problema (salvo un pequeño revés comunicativo en Kerman).
Salud y Riesgos
El único riesgo que creo que puede haber en Irán es el riesgo a no ir y perderse toda su magia.
– Enfermedades: nada que no pueda haber en España. Las condiciones sanitarias son buenas en el país y llega con llevar la cartilla de vacunación habitual al día. El tipo de comida tiene muchas similitudes con la nuestra, por lo que ni el estómago debería sufrir.
– Peligros: así como la gente de Irán es extremadamente amable y tranquila, al ponerse al volante sacan su rabia interior y transforman las carreteras (en especial las urbanas, donde los pasos de peatones son meras manchas blancas en el suelo sin ningún tipo de sentido) en auténticos campos de batalla. Lo mejor es fijarse en las viejecitas para copiar su técnica para cruzar la calle… ¡sabiduría pura!. Por lo demás, me ha parecido un destino muy seguro en todos los sentidos. En ningún momento tuve ningún sentimiento negativo, ni me sentí desprotegido ni nada de nada.
Comida
La comida iraní me ha gustado. Sin tener mucha variedad, los distintos platos que he probado me han gustado todos y la forma de utilizar ciertos alimentos (yogur, berenjena, menta…) me ha parecido muy original y rica. Se come mucho cordero y pollo, arroz, pan y verduras, aunque poco pescado. Una dieta bastante sana y nutritiva.
Por otro lado, tradicionalmente en Irán se come en el suelo o en una especie de mesas muy bajas en las que los comensales se sientan en círculo con la comida en el centro. Una manera mucho más social de comer, ¡y es que a los iraníes les encanta socializar!
– Pan: de muchos tipos y colores (literalmente). El pan en Irán es un alimento básico, como en España. Hay diferentes tipos de pan (o nun en farsi): barbari, lavash, sangak, taftan… Todos ellos me han gustado.
– Kebab: nada de durum o esas guarradas digevolucionadas de kebab que llegaron a España hace más de una década. Los kebabs iraníes son muy sabrosos, saludables y cocinados al estilo tradicional. Suelen venir acompañados de un buen arroz, tomate, cebolla, zanahoria y (a veces) con un cuenco de mast (yogur).
– Kashk-o Bademjan: en Irán se utiliza muchísimo la berenjena. Este plato tradicional en concreto está preparado con puré de berenjena adobado con especias, tomates, cebollas, nueces, ajo, menta y Kashk (yogur seco). Un festival para el paladar.
– Boz Ghormeh: el plato tradicional de Kerman, preparado con carne de cordero, guisantes, patatas, yogur y menta. Se come con buenas dosis de nun.
– Dizi: plato tradicional Persa, muy popular y parecido al anterior.
– Bebidas: Irán no es un país para ir buscando fiesta con alcohol. Al menos públicamente. Por supuesto el alcohol está prohibido y muy castigado (más incluso que drogas más duras), pero por lo que nos comentaron es muy fácil conseguirlo en el mercado negro y es muy habitual hacer fiestas caseras en las que corren litros de vino, cerveza y vodka. Aún así, en sitios fashion preparan unos cócteles sin alcohol de muerte como este mojito que me prepararon en Kerman:
Vestimenta y Otras Restricciones
Lo malo de Irán es todo lo que viene de las imposiciones de su gobierno. Las restricciones de vestimenta son mundialmente conocidas, pero a veces hay algo de información errónea.
– Hombres: los hombres pueden llevar camiseta de manga corta pero no está permitido llevar pantalón corto (aunque por lo que nos comentaron no se preocupan mucho de los turistas, puede que lo vean raro pero nadie llamaría la atención a un turista por ir con pantalón corto). No hay restricción de calzado.
– Mujeres: es obligatorio en todo momento llevar el hijab, el «pañuelo», pero como se ve allí hay muchas formas de ponérselo y las chicas más modernas apuran al máximo y se les ve casi todo el pelo. La manga corta no puede sobrepasar el codo y el pantalón debe ser también largo. Las turistas también tienen que llevar el hijab (o algo semejante, porque se ven muchos «apaños»… jejeje). El calzado puede ser cualquier cosa, incluso sandalias abiertas.
En el medio rural la gente es más conservadora y las mujeres suelen llevar el chador, pero los turistas y las turistas no tienen porqué cambiar nada de su vestimenta.
La otra restricción que da mucho la lata es la relativa a las comunicaciones. Hay una censura bastante severa con muchos sitios de Internet: Twitter, Facebook y cualquier página que puedan considerar de dudosa moralidad. ¿En qué se basan? Nadie lo sabe, porque Instagram o WhatsApp, por ejemplo, funcionan perfectamente.
Conviene llevar instalado un programa VPN que se salte estas restricciones para poder utilizar Internet libremente. Yo usé PureVPN y me fue muy bien.
Me compré una tarjeta SIM de IranCell el primer día por menos de 10€ con bastante saldo para llamdas y 3GB de navegación de datos.
La Gente de Irán
Es imposible que añada nada nuevo que no haya expresado ya a lo largo de mi crónica de este genial viaje. Estar rodeado de esta gente ha sido de las mejores experiencias vitales de mi vida viajera y no viajera.
Presupuesto
Hay que tener en cuenta que Irán no es como otros países de Asia también en lo relativo al nivel económico. Es barato, más barato que España, pero tampoco tanto. Entre alojamiento y gastos en comida es posible manejar un presupuesto de unos 20-25€ al día, que se pueden reducir significativamente si se utiliza Couchsurfing.
Las entradas a las mezquitas, palacios y demás atracciones turísticas están subiendo a velocidades vertiginosas. Hace 6 años el precio medio de una entrada era inferior a un euro y actualmente está ya rondando los 5 euros. Y a saber qué pasará en el futuro… ¡Hay que ir a Irán ya!
En abril de 2017 el cambio de Euro a Rial Iraní era aproximadamente 1 € = 37500 IRR, pero después en las casas de cambio (incluso en el aeropuerto de Tehran, que ofrece un cambio muy bueno) el cambio era mejor 1 € = 40000 IRR (o, lo que es lo mismo, 5 € = 200.000 IRR).
– Alojamiento: es posible encontrar hostales locales por una media de 500.000 IRR por persona (y eso viajando solo, compartiendo habitación es más fácil ahorrar).
– Comida: la comida local en sitios locales es relativamente barata y de muy buena calidad. Se puede comer o cenar bien por 200.000 IRR o un poco más.
– Transportes: el precio de los billetes de autobús es barato y se pueden recorrer grandes distancias en autobuses lujosos por buenos precios. Por ejemplo, Kerman-Mashhad son unas 14 horas y pagué unos 700.000 IRR con dos packs de zumo y galletas incluidos.
– Entradas: casi todo cuesta 200.000 IRR (5 €), ya puede tratarse de Persépolis o de un mini-palacete poco interesante. Hay también sitios cuya entrada está por 100.000 IRR u 80.000 IRR, pero el 80% están a 200.000 IRR.
Resumen Final
– Irán es tu destino si tienes la mente abierta y te apetece ir a un sitio distinto, donde el turismo está empezando a desarrollarse a pesar de que la gente que conoces te diga que has perdido el norte. Si te gustan las culturas antiquísimas, las antiguas y las viejas, si te apasiona el arte geométrico (y el no geométrico también), si quieres ver paisajes de otro mundo que van desde el puro desierto a verdes valles decorados con enormes montañas, o si las experiencias sociales son uno de los motores que te impulsan a viajar.
– Puede que Irán no sea tu destino ideal si crees que te va a costar dejar atrás todos los prejuicios, si no estás dispuesta (si eres mujer) a pasar por el, insufrible por supuesto, protocolo de indumentaria, si no te interesa de ninguna manera el mundo musulmán, o si los viajes históricos no te emocionan. Pero vamos, que yo creo que realmente el único punto negativo que se le puede encontrar a Irán es lo del pañuelo… Lo demás es todo dejarse llevar y disfrutar.
Yo me quedado con tantas ganas de volver que hasta tengo diferentes ideas en función de la época del año. Irán es grande y así, proporcionalmente, es mi interés por todo lo que tiene que ofrecerme y aún no conozco.