Líbano ha sido una delicia y una auténtica sorpresa, sobre todo teniendo en cuenta que, a priori, puede parecer un viaje arriesgado o no tan atractivo como alguno de sus países vecinos. Pero nada más lejos de la realidad, los encantos de este diminuto país llegan más allá de los cinco sentidos, convirtiéndolo en un descubrimiento difícil de olvidar.
Resumen del Viaje
Líbano ha sido un soplo de aire fresco a nuestra experiencia viajera. Íbamos con mucha ilusión y con las expectativas muy altas pero podemos afirmar que, lejos de defraudarnos, nos hemos quedado con ganas de seguir recorriendo este pequeño recuncho del mundo del que tanto se ha hablado y se habla, pero del que tan poco se conoce.
Por lo apretado de nuestro itinerario (dedicamos 15 día a Líbano, Jordania e Israel) solo tuvimos 4 días para empaparnos de la vida y cultura libanesas. Aún así, creo que hicimos una muy buena selección de sitios para visitar, siempre intentando primar el ritmo pausado para que no se nos escapase ningún detalle de los sitios seleccionados.
Hablaré con más calma de cada país y de cada sitio en las correspondientes entradas pero, como resumen y visión general de cada uno de ellos (visión compartida por los tres), puedo decir que…
- Líbano fue el gran descubrimiento: mezcla viva de tradición, modernidad y cultura. Grandes sorpresas urbanas, clásicas, humanas y culturales, acompañadas por una gastronomía inmejorable.
- Jordania nos pareció un país con varios tesoros de categoría superior (Jaresh, Petra, el Mar Muerto, el desierto de Wadi Rum…) pero, conduciendo por las zonas menos turísticas, pudimos ver también que el tinte general del país es un poco feote. Aún así, una experiencia que hay que vivir.
- Israel nos dio aún mucho más yuyu del que creíamos (YuYuLand acabamos llamándole). Jerusalén es una ciudad única, pero al final lo que más disfrutamos fue el tiempo que pasamos en Palestina. ¡Ojalá se pudiese volar directamente a Palestina sin tener que pasar por YuYuLand!
Únete a nosotros en nuestro viaje por uno de los Ejes del Mal más activos del mundo para descubrir que no siempre todo es lo que parece: a veces en sentido positivo, pero otras en sentido negativo.
Diario de Viaje e Itinerario: Paso a Paso (Enlaces)
No es ni la más bonita, ni la mejor urbanizada, ni la más verde, ni la más limpia… Pero sí es de las más únicas: ¡si vas sin prejuicios, Beirut te atrapará!
Ruinas romanas en las montañas del Líbano, ¿en serio?… ¿Y de las más importantes y magníficas que se conservan en todo el mundo? Parece imposible pero es cierto: Baalbek es puro espectáculo.
En pocas decenas de kilómetros Líbano es capaz de ofrecer grandes contrastes culturales, religiosos, naturales… ¿Es posible estar en el mismo día en un templo Cristiano, una misa en árabe, una macro-cueva y en una de las primeras ciudades de la humanidad? Sí se puede: en Líbano.
Volviendo a las montañas nos encontramos con el estupendo palacio de Beiteddine, mezcla de lujo y simpleza y de tradición y modernidad; pero también con el verdadero contacto con la gente local de la zona, que nos sorprendieron y nos ayudaron continuamente.
Información Post-Viaje
Entrada y Salida del País
A efectos prácticos, la única frontera terrestre que puede ser de utilidad es la que tiene con Siria, y es evidente que hoy en día no es demasiado útil tampoco… (aunque a nosotros nos dijeron allí que a muchas zonas fronterizas con Líbano, incluso a Damasco, es seguro ir). La otra frontera terrestre que tiene Líbano es con Israel, y es una zona completamente off-limits para cualquier viajero o incluso habitante del país.
Es decir, no hay que buscarse problemas ni complicarse la vida: salvo transporte marítimo del que no soy consciente, lo mejor es llegar y salir de Líbano en avión, ya que hay múltiples conexiones e incluso vuelos directos desde España.
Transportes
Como hemos estado poco tiempo en Líbano no hemos podido catar verdaderamente cómo funciona la red de transportes. Aún así, nos ha dado la impresión de que se puede llegar a prácticamente cualquier punto del país en autobús (sobre todo si se tiene Beirut como centro de operaciones).
Muchos autobuses funcionan al estilo asiático: hay un «horario» de primer y último viaje, pero pero el medio van saliendo cuando se llenan. Esto quiere decir que el tiempo de espera puede ser de 5 minutos, pero también de media hora. Hay que viajar así… sin prisas.
En la ciudad de Beirut hay muchísimos taxis y servicios de uber rondando continuamente por todas las calles, y moverse de una punta a otra no sale tan caro como sería en España.
Alojamientos
En Beirut hay una oferta enorme de hoteles y hostales. No es una ciudad que se pueda calificar como muy barata, pero si no buscas lujo puedes dormir con comodidad y limpieza por precios asequibles y en el centro de la ciudad. Nosotros nos alojamos todas las noches en el hostal Hamra Urban Gardens, y las camas de la habitación compartida eran enormes, con cortina para tener privacidad, muy cómodas y enchufe y taquilla propios.
Además, todas las estancias se limpian a diario y el bar, terraza y piscina del ático son realmente un puntazo. Pagamos 17€ por noche y por persona y volveríamos a repetir en el mismo sitio sin dudarlo.
Salud y Riesgos
A pesar de la idea popular que tenemos sobre Líbano y la evidente presencia militar en el país, he de decir que me sentí muy seguro en todo momento de nuestro recorrido:
– Enfermedades: a efectos de salud, Líbano es un país estilo europeo. No hay que tener especial cuidado con ninguna enfermedad, medicamento o vacuna (simplemente tener al día las de la cartilla de vacunación ordinaria de España). Lo único que hay que recordar es que no se debe beber agua del grifo salvo que se tenga especial predilección por las cagaleras.
– Peligros: hay que usar el sentido común, en especial en las grandes ciudades y en las zonas fronterizas con Siria e Israel. Conviene no adentrarse en zonas sospechosas si se va solo o de noche (sobre todo en las grandes ciudades) y respetar en todo momento las indicaciones o regulaciones de la policía civil o militar. La frontera con Israel es una zona muy peligrosa y militarizada a la que no hay ni que acercarse y la frontera con Siria es algo más segura, pero teniendo en cuenta la inestabilidad de este país vecino creo que no compensa correr ningún riesgo.
Hezbollah
Por lo que se suele oír en las noticias parece que Líbano es sinónimo de Hezbollah, que es una amenaza constante y presente en todo el país, pero eso no es del todo cierto.
Su nombre significa «Partido de Allah» y se trata de un partido político libanés, islamista y chiita con una fuerte rama militar. Actualmente ocupan 12 asientos en el parlamento del país y también tienen su propia radio y un canal de televisión.
Su origen se remonta a la invasión israelí de 1982, momento en el que la guardia revolucionaria iraní comenzó a alinearse con los chiitas libaneses, muy receptivos a su mensaje contra el imperialismo occidental. Hezbollah emergió en este momento destacando por sus bombas suicida y la toma de algunos rehenes (agentes de la CIA, enviados del Reino Unido…)
Mucha gente en Líbano (y en el mundo árabe en general) consideran que fueron ellos quienes consiguieron poner fin a la ocupación israelí del año 2000. Su resistencia a la siguiente invasión de 2006 siguió aumentando su popularidad.
Hezbollah es, de alguna manera, admirado por sus proyectos educativos e intereses sociales, y temido por su poder militar e historial de violencia y su relación directa con el gobierno Iraní; por lo que es considerado una banda terrorista por un buen número de países occidentales.
Nuestro taxista Reda nos habló bastante de Hezbollah durante nuestros viajes en taxi, desde un punto de vista local, intentando desmitificar algunas de las cosas que se dicen fuera de Líbano, pero también admitiendo algunas de las controversias.
Sea como sea, lo que está claro es que Hezbollah en la actualidad está muy lejos de representar una razón para no ir a Líbano.
Refugiados Palestinos y Sirios
Uno de los grandes problemas que tiene Líbano como país hoy en día es la enorme cantidad de refugiados Palestinos y Sirios que tiene (y no en las mejores condiciones).
La mayoría de los palestinos que llegaron al país en 1948 acabaron en campos de refugiados de los cuales muchos aún siguen operativos. El área que ocupan no se ha aumentado a pesar de que la población refugiada sí que ha crecido, obligando a familias de 10 miembros a malvivir en una sola habitación.
Se calcula que hay aún, como mínimo, medio millón de refugiados palestinos en Líbano y tienen prohibido ejercer muchas profesiones o incluso tener propiedades.
El problema de los refugiados sirios es parecido. La guerra civil en Siria trajo a más de un millón y medio de refugiados (una locura teniendo en cuenta que la población autóctona del país roza los 6 millones). Líbano se desbordó a la hora de darles refugio, comida, educación y atención médica por no contar con la infraestructura adecuada.
La realidad es que en la actualidad no hay campos de refugiados sirios oficiales en Líbano, por lo que la mayoría vive en terribles condiciones, sin acceso a agua corriente o electricidad y sin derecho a trabajar.
Pero los gobiernos europeos viven tranquilos preocupados por asuntos mucho más intrascendentes que la realidad de la guerra Siria, mientras en la Asia-casi-Europa (recordemos que Oriente Medio está, en el fondo, a un tiro de piedra) la situación provocada por los sucesivos conflictos no mejora. Así nos va.
Comida
Historia, pueblos, ciudades, cuevas, montañas, ruinas, pueblos… Todo eso está muy bien, pero hay un sentido que en Líbano va a a disfrutar desde el primer al último minuto: el gusto. La comida libanesa nos ha parecido estupenda (de hecho, este viaje se empezó a fraguar en un restaurante libanés de Pau, Francia).
Todo, absolutamente todo lo que probamos nos ha deleitado con sabores a la par mediterráneos y éxoticos. La tradición culinaria de Líbano se está haciendo muy famosa y con motivo. Estos son algunos de los manjares que comimos:
– Mtabbal Betenjan: berenjena tostada marinada con tahini. Este plato se convirtió rápidamente en uno de nuestros favoritos.
– Hummus: hoy en día prácticamente todo el mundo ha probado o sabe qué es el hummus. Yo también lo sabía y lo había probado, pero no encontrarás un hummus tan sofisticado y sabroso como el preparado en Líbano de manera tradicional.
– Fatte de Berenjena: berenjenas rellenas de carne picada, acompañadas de pan, tahini, yogur, granadas, almendras y anacardos. ¡Un auténtico manjar de dioses!
– Tabulé: preparado con tomates, perejil, bulgur y aceite de oliva.
– Brochetas de Lahmeh, Taouk, Kafta: una especie de pinchos morunos de diferentes tipos de carne.
– Safiha: pequeñas porciones de empanadillas con una masa muy rica y blanda y relleno de carne o verduras (la especialidad de Baalbek).
Presupuesto
Líbano es un país relativamente barato si lo comparamos con Europa, pero no tan barato como otros países de Asia. De todas formas, es fácil viajar ajustándose a un presupuesto discreto si se opta por prescindir de grandes lujos y se va de forma independiente. El cambio actual de moneda es 1 € = 1600 LBP.
Nuestro alojamiento (un maravilloso hostal en el centro de Beirut: Hamra Urban Gardens) tenía un precio aproximado de 28.500 LBP por noche, con desayuno incluido. La comida es de una calidad extrema y a muy buen precio (Hummus por 6000 LBP, Tabouleh por 11 LBP…).
Los transportes también son baratos (cualquier autobús o los trayectos cortos en taxi). Regateando y negociando, se puede conseguir un conductor privado para todo un día por unas 160.000 LBP.
Las entradas a las atracciones turísticas o monumentos son también muy asequibles, rondando las 5000 LBP o las 20.000 LBP en función de la importancia de lo que se vaya a visitar.
Resumen Final
– Líbano es tu destino si te gusta aventurarte en lo desconocido, ver con tus propios ojos una parte de la realidad de sitios a los que parece que no van muchos turistas; si te interesa la historia y no solo ver cosas bonitas, pero también si quieres maravillarte con imponentes ruinas, bellos paisajes y pasarlo bien con la gente local (todo esto acompañado por una suculenta tradición culinaria y un clima muy caluroso en verano, pero bastante ideal fuera de junio, julio y agosto).
– Puede que Líbano no sea tu destino ideal si los fantasmas de su pasado te echan mucho para atrás. En Líbano hay que abrirse a la experiencia para darse cuenta rápidamente de que es posible viajar y disfrutar del país sin complicaciones, respetando las normas del sentido común y abriendo la mente para empaparnos de todo lo bueno que nos ofrece.
¿Qué puede ser mejor que marcharse de un país teniendo ya ganas de volver? Así nos sentimos nosotros al dejar Líbano.