Preparación, Información Previa, Equipaje e Itinerario Inicial para mi primer viaje a Sudamérica, una aventura que estará plagada de ruinas de grandes civilizaciones, nuevos paisajes y mucha, mucha diversidad.
Información Básica del Viaje
- Duración: 32 días (18 de agosto de 2019 – 19 de septiembre de 2019)
- País: Perú
- Zonas Que Visitaré: Lima, Cajamarca, Trujillo, Chachapoyas, Arequipa, Colca, Titicaca, Cusco, Selva Amazónica.
La Idea de este Viaje
Dos años después de haber terminado mi primer gran año viajero (con la última parada en Azores en julio de 2017) me apetecía volver a hacer un plan parecido, pero disminuyendo un poco el tiempo de viaje para disfrutar también del relax en casa y de mis dos escapadas cinematográficas anuales (los festivales de Donosti y Sitges) más allá del habitual fin de semana.
Muy pronto nació la idea de visitar algún país de Sudamérica por primera vez. Era ya uno de mis planes originales para este año viajero y también algo que tenía pendiente desde hacía muchos años. A mi madre le gustó la idea y se unió rápidamente a un viaje que será cómodo pero sin lujos, con mochila y con muchas ganas de conocer, aprender y explorar. Después de estudiar varias opciones, decidimos ir a Perú por ser, quizás, de los países más sencillos para viajar del continente y por contar también con buenas condiciones meteorológicas para la época del año (agosto-septiembre).
Posteriormente, Rosalía, una amiga de mi madre también bastante viajera, decidió acompañarnos a la recta final aprovechando unos días que le quedaban de vacaciones.
Y así nació esta incursión al país de las mil culturas y las mil tradiciones, con una historia apasionante (aunque también trágica e intensa) y un atractivo total.
¡Rumbo a Perú!
Un Poco de Historia de Perú
Solo la idea del periplo que ha hecho la humanidad para llegar hasta allí resulta más que fascinante.
La historia de Perú está dominada por el espíritu de supervivencia de la humanidad, el desarrollo de poderosos y diversos pequeños imperios, la desgraciada intervención española y por un sinfín de maravillosos y curiosos nombres.
La Llegada de los Humanos a América
Los primeros habitantes de la actual Perú son descendientes de los pueblos nómadas que cruzaron a América durante la última Edad de Hielo (entre el 40.000 y el 15.000 a.C.) a través de lo que hoy conocemos como Estrecho de Bering.
En ese momento, la combinación de zonas poco profundas y placas de hielo había formado una especie de «zona sólida» por la que pasaron los humanos siguiendo a grandes rebaños de animales procedentes de Siberia.
Poco a poco muchas de estas tribus continuaron hacia el sur mientras que otros encontraron su sitio en el camino. En el caso de Perú, las primeras evidencias arqueológicas que se tienen datan del año 15.000 a.C. aproximadamente y están concentradas en el Valle de Ayacucho.
Sorprende mucho la increíble capacidad que tuvieron estas tribus para moverse por el accidentado terreno peruano: del 8000 al 2000 a.C. grupos migratorios de cazadores y recolectores alternaban las zonas bajas con las altas según la época del año y el movimiento de los animales.
El Nacimiento de los Primeros Cultos
Sobre el año 5000 a.C. empezó el cultivo de semillas y tubérculos (destacando la patata), seguidos en los próximos milenios por las calabazas y calabacines, cacahuetes y algodón.
Gracias a esta base agrícola algunos asentamientos se expandieron por la costa hacia Chicama y Paracas, y en la sierra a Kotosh. La población aumentó significativamente, dando lugar al nacimiento de los primeros cultos: enterrar a los muertos momificados, capturas de trofeos de caza o la construcción de estructuras religiosas (destacando las Pirámides de Caral, 100 años anteriores a la Gran Pirámide de Giza).
Entre los años 1800 a.C. y 200 d.C., una vez que tanto la agricultura como la vida en los poblados estaban establecidas; comenzó a trabajarse la cerámica y las diferentes regiones se integraron debido a la expansión de un movimiento religioso: El Culto Chavín, basado en la adoración de los espíritus de la naturaleza y de un dios felino todopoderoso. Aunque no se tiene claro dónde se originó exactamente, sí que destaca por haberse extendido rápidamente sin crear ningún tipo de conflicto.
En esta época se hicieron grandes progresos en gravado en piedra y metalurgia (cobre, oro y plata) y se construyeron importantes templos y pirámides (destacando el Chavín de Huantar).
Hacia el final de la época del Culto Chavín, comenzaron a surgir núcleos independientes con sus propios trazos culturales; apareciendo así por ejemplo la cultura Paracas en la costa sur y el inicio del Tiahuanaco en la región del lago Titicaca.
La Época Clásica (200 – 1100 d.C.)
Este momento histórico de Perú destaca por el nacimiento de numerosas culturas en la costa y la sierra y el desarrollo en casi todos los ámbitos:
- Los Mochica destacaron por el gran desarrollo de la vida doméstica y social. En el año 500 d.C. llegaron a tener el control cultural y militar desde Piura al norte hasta Valle de Nepeña en el sur. Tenían una organización gerárgica muy rigurosa dominada por un grupo elitista que combinaba el poder sagrado y no sagrado. La gente corriente cultivaba las tierras dominadas por pirámides sagradas. Destacaron también por la construcción de sistemas de riego.
- Los Nazca, contemporáneos de los Mochica, son los responsables de las famosas líneas y dibujos en la Pampa de San José, pero poco se sabe de su estilo de vida. En sus yacimientos se han encontrado miles de cerámicas cuyos diseños abstractos solo pueden ser comparados a la artesanía textil de los Paracas.
- La cultura Tiahuanaco (con el Lago Titicaca como centro) fue especialmente activa entre los años 300 a.C. y 300 d.C., aunque duró hasta el año 1000 d.C. aproximadamente. Su sofisticada producción textil y de cerámica influyó en los estilos de sus coetáneos.
Sin embargo, el final de esta época está también marcado por el nacimiento de los enfrentamientos entre diferentes tribus culminando con la construcción de fuertes y grandes sitios ceremoniales.
Incluso los inicialmente pacíficos Tiahuanaco se pasaron al movimiento militar sobre el año 900 d.C. debido a sus conflictos con los vecinos Huari, situados más al norte. Esta decadencia facilitó la expansión de tres recién emergidos pequeños imperios en la costa: el Chimú, el Cuismancu y el Chincha.
Curiosamente, su influencia en las montañas desapareció rápidamente dando paso a otros grandes grupos de gente como los Colla (en la zona de Titicaca), los Inca (por Cusco) y los Chanca (por Ayacucho).
Este tipo de conflictos impulsó a la cultura Chimú a construir ciudades fácilmente defendibles, siendo la más espectacular el complejo Chan Chan cerca de Trujillo, en la costa norte del país.
Progresivamente, y gracias a su dominio del bronce, los Chimú llegaron a ocupar casi la mitad norte de la costa peruana, estando limitados al sur por los Cuismancu, algo más débiles pero también con un gran poder de construcción de ciudadelas. Más al sur, la Cultura Ica también produjo interesantes monumentos.
Nace el Imperio Inca (1200 – 1532 d.C.)
Los Incas supusieron la culminación de la construcción de ciudades y el inicio de una especie de unificación de Perú ya que progresivamente se fueron haciendo con todos y cada uno de los pequeños imperios costeros (a pesar de contar con una población original de no más de 40.000 personas).
Sin embargo, durante los primeros 200 años de su existencia, los Incas fueron un grupo étnico de las montañas como cualquier otro. Estaban establecidos en el área de Cusco y mantenían una estructura feudal controlada por dogmas religiosos muy estrictos. El fundador de esta dinastía (sobre el año 1200 d.C.) fue Manco Capac, que acabó pasando a la mitología Inca como un héroe.
Sin embargo, muy poco se sabe del desarrollo de la cultura Inca hasta la ascensión al trono de Pachacuti en el año 1438, ya que fue el que dio inicio a la gran era de expansión que vivirían durante el próximo siglo.
La Expansión Inca y la Guerra Civil
Después de Manco Capac llegaron Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, Mayta Capac, Capac Yupanqui, Inca Roca, Yahuar Huaca, Viracocha Inca y Pachacuti (este ya a mediados del siglo XV).
Pachacuti fue el más innovador de todos y el primero en realmente conseguir expandir el Imperio fuera del territorio que habían ocupado tradicionalmente. Consiguió ganar una batalla legendaria contra los vecinos Chanca y consolidó su poder sobre toda la sierra desde Cajamarca hasta Titicaca, derrotando a todos sus rivales menos a los Chimú.
El imperio también se extendió hacia el norte entrando en Ecuador con el siguiente emperador, Tupac Yupanqui, que derrotó definitivamente a los Chimú, se hizo con el santuario sagrado de Pachacamac y llegó hasta el Río Maule en Chile. Inició también el primer censo del imperio, estableció un método administrativo basado en el sistema decimal e introdujo el concepto de las «mujeres elegidas» o mamaconas (nada bueno).
Con el siguiente emperador, Huayna Capac, el Imperio entró en el siglo XVI en su máximo momento de apogeo y unificación, teniendo como único problema el inmenso tamaño de su territorio.
Este nuevo emperador se centró en la expansión hacia el norte, fundando una nueva ciudad en lo que hoy es Quito de la que quedó prendado y a la que acabó trasladándose. Este hecho generó una división en el que en ese momento era, probablemente, el mayor imperio del mundo (¡y eso que no conocían el uso de la rueda ni tenían caballos!): El Imperio Inca medía 5500 km de longitud y sus carreteras cubrían 30.000 km de camino. Vamos, una auténtica pasada.
Huayna Capac quiso dirigir el imperio desde Quito junto a su hijo favorito, Atahualpa, pero puso a otro de sus hijos, Huascar, como gobernador en Cusco. En el último año de su vida quiso formalizar esta división, pero encontró la dura oposición de Huascar, que era el heredero legítimo, y de muchos de los nobles y sacerdotes más influyentes de Cusco.
Cuando finalmente murió en 1527 por la «enfermedad de los hombres blancos» (vieruela), estalló una guerra civil que concluyó en 1532 en la batalla de Cotabamba con Atahualpa como vencedor.
Tras esta importante victoria, Atahualpa se retiró con su ejército a los baños de Cajamarca, donde recibió la visita de una banda de hombres extraños, sucesores de los aventureros barbudos cuya presencia había sido ya comunicada a su padre, Huayna Capac.
Llegan los Españoles y se lo Cargan Todo
Y entramos aquí en uno de los múltiples e infames capítulos de la historia española…
Francisco Pizarro, seguido por una veintena de soldados y acompañando al explorador Vasco Núñez de Balboa, llegó (y puso nombre) al Océano Pacífico en 1513 en una expedición hacia Panamá. Desde ese momento, y avivado por las historias locales que hablaban de una fabulosa tierra rica al sur, decidió quedarse.
Tras varios intentos desastrosos, llegó a Cajamarca con un grupo de unos 200 soldados para conocer al líder de lo que se dieron cuenta era un gran imperio. Ya en la ruta Pizarro se había enterado de la guerra civil Inca y de lo debilitado que tenía que estar el imperio en ese momento.
Así, al día siguiente de su llegada, Pizarro y sus hombres masacraron a miles de guerreros incas y capturaron a Atahualpa. A pesar de la enorme desventaja numérica, los españoles contaban con cañones y caballería.
A Atahualpa se le prometió la libertad si llenaba con oro el Cuarto del Rescate de Cajamarca, algo que consiguió hacer en poco más de 6 meses. Aún así, Pizarro decidió mantener al líder Inca como rehén para evitar una revuelta indígena.
Finalmente, Pizarro sometió a Atahualpa a un juicio absurdo y teatralizado en 1533 en el que le dio dos opciones: morir en la hoguera como pagano o mediante garrote vil como cristiano (Pizarro, ese amigo que todos queremos tener en la Cuadrilla). Como los Incas creían que el alma no llegaba a su más allá si eran quemados, Atahualpa optó por la segunda opción y fue bautizado antes de su ejecución.
Sin nada más que hacer en Cajamarca, Pizarro viajó hasta Cusco donde nombró un emperador ficticio que venía de la realeza Inca: Manco Inca. Además, con toda la experiencia en imponer la cultura española que ya habían ganado en Mexico, en pocos años el imperio Inca había sido reemplazado por un sistema colonial.
Pero los españoles teníamos un último regalo para los indígenas: un maravilloso pack de enfermedades: la viruela, el sarampión, la peste negra, la tos ferina y la gripe se llevaron por delante a la mayoría de la población indígena, pasando de 32 millones en 1520 a solamente 5 millones en 1548.
La Época Colonial
Tras un fallido intento de sublevación en 1536, Manco Inca (el emperador marioneta que había sido nombrado por Pizarro) huyó a las montañas de Vilcabamba (momento Tomb Rader I) con varios miles de seguidores. Allí mantuvo una especie de estado Inca rebelde que continuó con su sucesores, Sairi Tupac y Titu Cusi.
Mientras tanto, Pizarro fue asesinado en 1541 a manos de una facción de conquistadores que reconocían a Diego de Almagro como líder. Esto condujo a una guerra civil que llevó a Francisco Toledo a ir a Perú en 1569 para convertirse en virrey y reformar el sistema ya establecido. En 1571 envió un emisario a Tito Cusi para iniciar unas conversaciones que no llegaron a ningún lado. Finalmente, envió un ejército a Vilcabamba y, al llegar, resultó que Tito Cusi ya estaba muerto y su hermano, Tupac Amaru, era el nuevo emperador.
Tras una dura batalla, Tupac fue capturado y decapitado bajo la acusación de conspirar en contra de los españoles (ejem…).
Durante el resto del siglo XVI se incrementó el control español sobre el país, trasladando a cientos de miles de indígenas a zonas remotas convenientemente decididas por los gobernadores.
Independencia y República
Siguiendo lo sucedido en otras colonias y los acontecimientos revolucionarios en varias partes del mundo, un sentimiento de Nacionalismo Peruano empezó a emerger a finales del siglo XVIII, dándose algunas rebeliones indígenas en contra del colonialismo. Destacaron las lideradas por Juan Santos Atahualpa (un mestizo de Cusco) y la liderada por José Gabriel Condorcanqui; que a pesar de acabar capturado y ejecutado consiguió demostrar la debilidad del sistema.
El principio real del fin del colonialismo en Perú tuvo lugar en 1808. Con el control napoleónico en España comenzaron las dudas sobre quién era el verdadero rey o a quién había que seguir. Así, cuando Fernando VII volvió al trono en 1814, las tropas reales estaban sudando para mantener el orden en Sudamérica. Venezuela y Argentina ya se habían declarado independientes y tres años después lo haría Chile.
En 1819, José de San Martín (que ya había liberado Argentina y Chile) llegó a Paracas, haciendo retroceder progresivamente a las fuerzas reales españolas. Simón Bolívar hizo algo parecido entrando por el sur y finalmente la independencia de Perú fue declarada en 1821.
San Martín asumió el control político de Perú y aunque liberó a los esclavos e intentó establecer una constitución, no consiguió atajar realmente los problemas de los campesinos y los esclavos.
Bolívar sucedió a San Martín y junto a su mano derecha, Sucre, dividió el territorio en dos mitades, quedando Sucre como presidente de la zona más al norte (Bolivia) y Bolívar como dictador de la extensa Federación de los Andes formada por Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia hasta su retirada 1826.
Un año después, los peruanos votaron al General La Mar como presidente, iniciándose un período de entramados y caciquismos que intentó corregirse con Ramón Castilla, que asumió la presidencia e inició un desarrollo más organizado del país (en parte aupado por las exportaciones de azúcar, algodón y guano).
A pesar de este crecimiento, Perú no conseguía hacer frente a su deuda extranjera que iba en aumento. Para echar más leña al fuego, en 1879 Chile declara la guerra a Perú y Bolivia por las minas de nitrato de Bolivia y la gana dos años después, ocupando Lima y provocando que el presidente se exilie en España.
En 1883 la llamada Guerra del Pacífico llega a su fin con el Tratado de Ancón, ocasionando la pérdida del acceso al mar a Bolivia y a Perú la pérdida de parte de su territorio al sur.
El Siglo XX y el Perú Moderno
Al entrar en el siglo XX Perú estaba dirigido por un clan de hombres de negocios y terratenientes. La calidad de vida de la gente corriente, los campesinos y los indígenas era muy pobre y muchos vivían en condiciones de esclavitud trabajando los cultivos de los ricos.
La aparición del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) en los años 20 con la idea de formar una red de movimientos sociales y políticos anti-imperialistas removió el ambiente, volviéndose aún más interesante el cóctel cuando en 1963 el revolucionario Hugo Blanco crea 150 sindicatos, ocasionando la negativa de los campesinos a trabajar las tierras de los grandes propietarios.
El problema de la reforma de la propiedad de las tierras se convirtió en un tema económico urgente, preocupando incluso al ejercito. En 1969, se estableció un régimen militar que devolvió las tierras a los trabajadores: las grandes plantaciones se convirtieron en cooperativas.
En 1980 y tras 12 años de gobierno militar, Fernando Belaúnde retomó la presidencia que había dejado al ser deportado en el golpe de 1968. Su objetivo era seguir impulsando el desarrollo de Perú, pero se encontró con el nacimiento de las guerrillas y la industria de la cocaína.
Alan García, del APRA, ganó las siguientes elecciones y tuvo que enfrentarse a los mismos problemas que su predecesor. Los movimientos revolucionarios Sendero Luminoso y MRTA ayudaron a la inestabilidad que llevó incluso a su joven presidente a exiliarse debido a un escándalo financiero.
En 1990 el panorama político cambió por sorpresa con la victoria del joven desconocido Alberto Fujimori (líder de un partido surgido meses antes de las elecciones) sobre Mario Vargas Llosa. En los siguientes años consiguió una curiosa contradicción: que se disparasen los precios de productos de consumo esencial, pero también que aumentase la confianza internacional en Perú.
Durante su primer mandato se produjo la captura del líder de Sendero Luminoso, reduciéndose drásticamente su actividad terrorista, lo que ayudó a conseguir su nueva mayoría absoluta en las elecciones de 1995.
Su popularidad no dejó de aumentar durante su segundo mandato.
El Siglo XXI y la Inestabilidad Presidencial
Fujimori se presentó a un tercer mandato, volviendo a vencer. Sin embargo, dimitió y convocó nuevas elecciones al salir a la luz indicios de sobornos y fraude fiscal.
Años después, saldrían a la luz las también las esterilizaciones forzosas a 300.000 mujeres (mayoritariamente pobres e indígenas) y a miles de hombres llevadas a cabo entre 1995 y 2000.
Alejandro Toledo ganó las elecciones del año 2001, heredando una situación económica complicada. La pérdida de popularidad y la falta de apoyo general, le dieron la presidencia en 2006 a un envejecido Alan García (¡20 años después!).
Ya en la última década, Ollanta Humala gana las elecciones a la hija de Fujimori en 2011 con un programa socialista que acabó bastante inclinado a la derecha sin conseguir prácticamente nada de lo que había defendido (aumento de impuestos a compañías mineras extranjeras, mejora de la situación de las comunidades indígenas, etc.).
Su sucesor en la presidencia, Pedro Pablo Kuczynski, se vio envuelto en una serie de escándalos que acabaron provocando su dimisión en 2018 (Martín Vizcarra Cornejo asumió el mandato por sucesión constitucional).
El escándalo de los Sobornos de Odebrecht salpicó a tres de los cuatro últimos presidentes (desencadenando incluso el suicidio de Alan García en abril de este mismo año).
A pesar del crecimiento económico vivido por Perú en las dos últimas décadas, la mitad de la población vive aún en pobreza (sobre todo en zonas rurales, los Andes y el Amazonas). Además, aún hay problemas en esas zonas rurales por el tráfico de drogas y la degradación medioambiental.
Cosas Importantes Que Preparar Antes De Ir
El seguro: al salir de Europa es importante tener una buena cobertura sanitaria que, al menos, cubra 30.000€ de gastos y la repatriación en caso de enfermedad grave. A mi parecer también es vital tener claro que, en caso de tener que usarlo, no habrá que adelantar dinero, sino que se harán cargo de todo los del seguro directamente (esto me parece bastante importante ya que no todos los seguros médicos que se ofertan por ahí funciona así).
Vacunas y enfermedades: Todo dependerá de la zona de Perú que se vaya a visitar. En general, se recomienda tener al día las vacunas habituales del calendario de vacunación de España: Tétanos, Difteria, Polio, Hepatitis B… En los centros de vacunación internacional también recomiendan Fiebres Tifoideas y Cólera (yo me puse la primera pero no la segunda). Es imprescindible poner la vacuna de la Fiebre Amarilla si se va a ir a la zona Amazónica y (esto ya según criterio y riesgo personal) llevar la medicación antipalúdica. Se puede revisar la lista de vacunas recomendadas en la web Viajar Seguro ya que la llevan médicos especializados a los que además les gusta viajar y saben de lo que hablan.
Los mosquitos son, en general, el principal riesgo en la transmisión de enfermedades en Perú (Fiebre Amarilla, Malaria, Dengue…). Es recomendable tomar las precauciones habituales (llevar ropa de manga larga de colores claros especialmente al amanecer y atardecer) y repelentes.
Parece ser que la calidad del agua del grifo ha mejorado últimamente pero se sigue recomendando beber agua embotellada.
Registro de Viajeros: es una herramienta que permite la localización de los que viajamos en el caso de alguna emergencia grave. La inscripción se realiza por internet y es completamente gratuita. Como complemento a esto siempre está bien tener a mano la dirección y teléfono de la embajada española más cercana al itinerario de nuestro viaje. En este caso, la embajada está en Lima:
Visado: casi la mitad de los países del mundo pueden acceder a Perú por un período de 6 meses sin visa (simplemente sellando el pasaporte al entrar).
El Equipaje
La época en la que vamos (agosto-septiembre) es «invierno» en Perú, y aunque el tiempo pueda ser estable y las temperaturas tirando a agradables, también pueden ser frescas o incluso muy frías (especialmente por la noche y en montaña).
Como tenemos pensado hacer actividades bastante diferentes (visitar antiguas ciudades y sus templos pero también ciudades modernas, rutas por la costa, rutas por la montaña, caminatas, etc.) es importante que la selección de ropa sea versátil y completa para poder adaptarse a todos los planes.
Me llevo todo en una única mochila Deuter de 42 litros y otra de 15 litros algo más ligera que es la que llevaré conmigo en los vuelos con las cosas importantes y la que utilizaré a diario para moverme libremente y sin peso con lo esencial (documentación, gorra, cámara, agua, guía…). Llevo también una mochila ultra-light de 20 litros que se comprime y cabe en un saquito de 7 cm x 7 cm (y pesa 200 gramos) para usos múltiples.
Con todo, llevaré para el día a día normal…
- Sandalias de trekking/caminar (sirven para ciudad y pequeñas rutas de montaña)
- 2 pantalones de trekking de verano de 2 piezas
- 3 camisetas de manga corta de algodón
- 1 camiseta de manga larga de algodón
- 1 pantalón de chándal (que vale como pijama)
- Ropa interior (3 calzoncillos, 3 pares de calcetines cortos y 1 largos)
- 1 bañador
- Chanclas
…y, pensando en las noches frescas y caminatas por la montaña…
- Botas de trekking de caña alta (yo soy de tobillo bailador)
- 1 par de calcetines de trekking
- 1 mallas térmicas
- 1 camiseta interior térmica de manga larga
- 1 polar
- 1 cortavientos
- 1 chubasquero
- 1 par de guantes finos
- 1 buff
- Gorro
- Gorra
- Gafas de sol
…y también otras cosas importantes (algunas más que otras)…
- Minibotiquín básico primeros auxilios con medicamentos y crema solar
- Neceser básico (cepillo de dientes y crema, pastilla de jabón…)
- Toalla de secado rápido
- Saco-sábana para dormir
- Mosquitera y repelente para mosquitos (ultrafuerte)
- Cámara de fotos Reflex con trípode portátil y Cámara Compacta
- Tablet con mini-teclado plegable, Reproductor MP3 y auriculares
- Guía de Perú
… y ya por último, mi colección de «aparatejos» que facilitan el camino:
- Almohada de cuello inflable en forma de media luna
- Adaptador de enchufe
- Cargador con tres clavijas USB (¡así solo llevo uno!)
- Cuerda de tender ropa de viaje (funciona sin pinzas)
- Batería externa
- Linterna Frontal
- 3 en 1 cuchara-tenedor-cuchillo
- Candado
- Cantimplora
- Navaja Opinel (sirve para todo)
Otra Información Importante
Moneda: La moneda oficial de Perú es el Nuevo Sol (PEN). Unos días antes de empezar el viaje, el cambio era aproximadamente 1 € = 3,75 PEN o, lo que es lo mismo, 1 PEN = 0,27 €, por lo que las conversiones van a ser bastante sencillas multiplicando o dividiendo por 4. Por lo que he podido leer, salvo en zonas muy remotas, hay bastante oferta de cajeros y suelen funcionar correctamente.
Electricidad: La corriente es de 220V y 60Hz y los enchufes más corrientes son los americanos (tipo A) o los españoles (tipo C).
Idioma: Aunque el español es el idioma oficial, una gran parte de la población (puede que incluso más de la mitad) lo considera su segundo idioma. Cuando los Conquistadores llegaron, se hablaba Quechua (el idioma de los Incas) en todo el país salvo en la zona Amazónica.
Clima: El clima de Perú es, cuanto menos, complicado. En la costa (que es bastante desértica) hace mucho calor de diciembre a marzo y las temperaturas se suavizan entre abril y noviembre (con nubes y niebla incluso). En las montañas, suele llover mucho entre diciembre y marzo, mientras que la época seca se sitúa entre los meses de junio y septiembre. Aquí las temperaturas son más frescas conforme aumenta la altitud, por lo que es imprescindible no olvidar la ropa de abrigo. Algo parecido ocurre en la zona amazónica con el patrón de lluvias, aunque en cuestión de temperaturas hay calor húmedo durante todo el año.
Zona horaria: La hora oficial es UTC -5; es decir, 6 horas menos que en la Península Ibérica cuando estamos en horario de invierno, y 7 horas menos cuando estamos en horario de verano.
Población: 33.000.000 personas en 1.285.000 km cuadrados (lo que equivale a dos Españas y media… ¡menudas distancias!). En cuanto a la religión, predomina la Religion Católica (80% de la población). Aproximadamente un 13% son Evangélicos, un 3% pertenecen a otras religiones y el resto de la población no se vincula a ninguna religión.
El Itinerario Inicial
Este viaje a Perú es un viaje medio libre y medio organizado (pero siempre por nosotros). Las distancias son tan inmensas que llevamos cogidos varios vuelos internos para cambiar de zona, pero después iremos decidiendo la ruta sobre la marcha (salvo las primeras noches y todo lo relacionado con Machu Picchu, que hay que reservarlo con mucha antelación).
Los billetes de avión a Perú en la época en la que vamos suelen ser bastante caros: todo lo que encontraba al principio rondaba los 900 o 1000 €, pero al final rebuscando encontré un billete interesante con KLM por 640€ con una escala (Amsterdam a la ida y París a la vuelta) con solo 2 horas de tiempo de espera a la ida y 3 a la vuelta.
El inconveniente que tenía era el cambio de aeropuerto en París… Pero rebuscando un poco más encontré un vuelo de Charles de Gaulle en París (aeropuerto al que llegamos de Lima) a Bilbao por 90€ y otro a Santiago de Compostela por 40€, con lo que nos saltaremos la parada en Madrid.
Para organizarnos hemos dividido el país en 4 partes: yo iré a las 4, mi madre a 3, y Rosalía a 2. Esperamos conseguir empaparnos de todas las antiguas culturas y civilizaciones que han habitado en lo que hoy es Perú, pero también del estilo de vida y gente moderna, sin olvidar la gastronomía peruana.
La idea inicial que tenemos pensada es la siguiente:
- Pasar 3 días en el Área de Lima, dedicando 2 días a la capital y 1 día a hacer una excursión a la zona costera al sur de la ciudad.
- Dedicar 10 días al Norte, ya que parece una región muy interesante y no tan machacada por el turismo: Cajamarca, Trujillo, Chachapoyas…

La naturaleza del norte alcanza proporciones épicas (Catarata de Gocta)
- Invertir 2 semanas en el Sur, que es donde se concentran la mayoría de los enclaves famosos del país: Arequipa, Cusco, el Lago Titicaca, el Machu Picchu…

Arequipa es de las ciudades con más color del país
- Y, por último, yo me introduciré 4 días en la Selva Amazónica en la región de Iquitos, con la intención de ver mucha flora y mucha fauna.
Desgraciadamente, no da tiempo a todo, y la zona de las cordilleras centrales (que tiene una pintaza tremendísima para hacer trekkings largos poco concurridos) quedará en barbecho para una segunda incursión.
Parece claro que Perú es mucho, muchísimo más que el Machu Picchu.
¡Estoy convencido de que va a ser una estupenda primera incursión en Sudamérica!