El legado histórico de Sri Lanka es enorme y muy variado. Después de maravillarme con la ciudad sagrada de Anuradhapura, puse rumbo al sureste para visitar las famosas Cuevas de Dambulla antes llegar a la siguiente gran capital de la isla: Polonnaruwa.
Tenía tiempo de sobra para completar el objetivo del día: llegar en autobús a Polonnaruwa haciendo una paradita (que acabó siendo paradón) en Dambulla, así que no hacía falta madrugar demasiado. Me levanté sin mucha prisa para disfrutar del último rato con mi simpática anfitriona Bhagya. Han sido dos días estupendos con ella y su familia, una gran introducción al país, su forma de ser, costumbres…
… ¡y su comida! Bhagya, eres una chef cinco estrellas.
Además, la casa en la que viven está en una zona muy tranquila rodeada de pura naturaleza; ¡ideal para un comienzo relajado!
Me despedí y fui en el autobús de siempre a la Old Bus Station de Anuradhapura. Allí, cambié a la Colombo Bus Station que está a dos minutos a pie y me subí en el primer autobús con destino Dambulla (190 LKR, 1,5 horas) pensando que las cuevas iban a estar junto a la carretera y las iba a poder visitar tranquilamente con mi mochila… pero no.
El autobús me dejó en la entrada del recinto, junto al algo hortera y moderno Templo Dorado. Desde ahí hay una buena subida con bastantes escalones hasta llegar a lo alto de la roca donde está el templo con las cuevas. ¡Uf!, pensé, y empecé a subir con resignación. Al poco vi a la izquierda un pequeño puesto de policía, y me acerqué con cara de circunstancia a preguntar si podía dejar la mochila. Sonrieron y no me pusieron ningún problema, ¡así sí que se puede!
Cuevas de Dambulla (The Royal Rock Temple)
Hay que ir con mucha atención para no pasarse de largo el punto de venta de las entradas. Después de subir un buen rato, las escaleras siguen por la derecha pero para comprar los tickets hay que bajar por la pista de la izquierda y caminar un rato hasta encontrar una caseta a mano derecha encima de unas rocas. Tras pagar las 1500 LKR de rigor seguí por unas escaleras hasta llegar a lo alto de todo disfrutando de unas vistas magníficas de la naturaleza.

Dambulla da para las cuevas y para mucho más
¿Y por qué no poner la venta de tickets justo junto a la entrada del templo? Pues está claro, para que llegues arriba sin darte cuenta y cuando te enteres de que tienes que bajar todo y volver a subir algún local se ofrezca amablemente (i.e., a cambo de unas rupias) a bajar a comprarte la entrada. ¡Lo tienen todo pensado!
Antes de entrar oí hablar español por primera vez. Tenía detrás a un chico y una chica que les había pasado lo de las entradas, así que mientras él (Manuel) bajaba a por los pases me quedé haciendo compañía a ella (Lorena). Resulta que son de Colombia pero llevan unos años viviendo en Australia (¡qué envidia!).
Al final pasamos toda la mañana juntos visitando las cuevas y hablando de nuestros viajes y la situación de nuestros respectivos países, ¡una conversación muy interesante!
Cuando ya entramos en el templo nos quedamos de piedra (nunca mejor dicho…). La parte exterior está edificada o esculpida justo debajo de la gran roca y está formada principalmente por un gran corredor que da paso a los tesoros que se guardan en estas 5 cuevas que llevan siendo lugar de devoción más de 2000 años.
Cueva I: Devaraja Viharaya (El Templo del Rey de los Dioses)
Es súper estrecha, estaba llena de gente (8 personas, pero es que no hay casi sitio) y la temperatura era estilo sauna. Tiene una estatua de Buda tumbado de unos 15 metros de longitud que casi no pudimos ni ver.
Cueva II: Maharaja Viharaya (El Templo del Gran Rey)
Un espectáculo visual en todas las direcciones, desde la gran cantidad de figuras de Buda hasta la exquisita y muy geométrica decoración de techos y paredes. Sobran las palabras, es mejor verlo en imágenes:
Cueva III: Maha Alut Viharaya (El Nuevo Gran Templo)
Más pequeña que la anterior pero también muy bonita y con una energía especial. Está decorada con varias estatuas de Buda, incluyendo un precioso Buda tumbado, del estilo del de la primera cueva, pero que aquí ya pudimos apreciar perfectamente.
Cueva IV: Pachima Viharaya (La Cueva Oeste)
El buda situado en el centro de la sala se encuentra, en este caso, en posición de meditación. La pequeña dagoba a su lado fue destrozada parcialmente por ladrones que creían que albergaba joyas de una antigua reina en su interior.
Cueva V: Devana Alut Viharaya (El Segundo Nuevo Templo)
Combina una gran representación de Buda con dioses de origen Hindú (Murugan, Vishnu…)
Salimos pletóricos de la visita y nos fuimos a comer algo antes de seguir nuestros caminos. Ellos se van directos a Sigiriya pero yo quiero pasar primero por Polonnaruwa, la otra gran ciudad antigua de Sri Lanka.
Llegada a Polonnaruwa
El autobús me trajo directo a este segundo núcleo de importantes ruinas en 1,5 horas por 100 LKR. Eran ya las 5 de la tarde, así que me fui directo a la guest house que había reservado (Dilshan Guest, 2500 LKR por dos noches en habitación doble, ya que es raro encontrar individuales) pero su amable y simpático dueño me recomendó que no me entretuviese mucho y me acercase al lago Topa Wewa a ver la puesta de sol, así que cogí la cámara y allí me fui a relajarme un rato.

El sol empieza a bajar en Polonnaruwa
Es un sitio muy tranquilo, donde la gente del pueblo acude a bañarse mientras el sol va cambiando de color a medida que se oculta en la lejanía. Precioso.
Ya con poca luz y con mucha hambre paré en el primer sitio que me tenía buena pinta para comer algo. A los dos minutos aparecieron dos italianos (Paolo y Micaela) que no tenían mesa y los invité a sentarse conmigo. Empezamos a hablar y al rato se nos unieron dos españoles (Mónica y Alberto) que también estaban allí. Pasamos una tarde genial conversando sobre Sri Lanka, nuestros viajes pasados e ideas futuras y, finalmente, sobre aviones y aeropuertos ya que Mónica, Alberto y Micaela trabajan en la aviación. Personas muy interesantes con mucho mundo vivido y muchas cosas que compartir.
Cuando cerraron el sitio nos fuimos a descansar pero yo quedé con los italianos para hacer juntos mañana el recorrido en bicicleta por las ruinas de Polonnaruwa.
¿Será tan espectacular como el de Anuradhapura?
Que maravilla….y yo aqui con la pata eibada y entre papeles….
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Esto se puede visitar a pesar del eibamiento 🙂
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