Dos días muy diferentes. El primero, el más gris, y el segundo… pues ESPECTACULAR.
El quinto día de la travesía ha sido el día más «feo» de lo que llevamos hasta ahora de viaje (que por otro lado está resultado fantástico, salvo por los compañeros del grupo que siguen negándose a participar en conversaciones que no sean en alemán…). Después del desayuno en Rauhala, hemos esquiado hacia Särkitunturi Fell y, posteriormente, hasta Keimiö. En total han sido 40 kilómetros, los últimos 8 atravesando un lago congelado que, unido a lo nublado que ha estado el día, parecía un tramo infinito no numerable que nunca iba a terminar.
Aún así, llegamos a nuestro destino deseando tomar una merecida sauna para prepararnos para los dos últimos días de la ruta (que por lo que comenta nuestro guía Danielle son quizá los más bonitos).
Al día siguiente salimos, como siempre, temprano de Keimiö (sobre las 9 de la mañana). De ahí esquiando en fuerte pendiente ascendente continuamos hacia Keimiöjärvi, una zona relativamente alta desde donde pudimos disfrutar de unas vistas alucinantes de los montes de la región.
Al llegar a Pallas, que es el núcleo neurálgico de la reunión, fuimos al centro de interpretación de la naturaleza del Parque Nacional de Pallastunturi, donde nos explicaron los interesantes contrastes climatológicos de esta zona: la nieve suele hacer su aparición a finales de octubre o principios de noviembre, cuando los días empiezan a decrecer rápidamente hasta que en algún punto de diciembre llegan a estar casi 20 días en noche perpetua. Después los días vuelven a crecer pero, aún así, la nieve se mantiene hasta finales de mayo, cuando la duración de la noche pasa a ser anecdótica y los montes se transforman en un sinfín de colorido gracias a los árboles, arbustos, flores y arándanos.
Curiosamente, aquí en Pallas, hay una estación de esquí alpino, que no deja de ser graciosa al estar acostumbrado a las pendientes de las estaciones del Pirineo (tanto español como francés). En esta estación hay un par de pendientes que no tienen más de 400 metros de longitud y que difícilmente pueden entretener a nadie más de 1 hora. ¡Se ve que los finlandeses no querían quedarse a la cola del esquí alpino tampoco!
Una vez finalizada la visita a Pallas, continuamos esquiando pasando por unos paisajes espeluznantes, con pequeñas paradas en Kerässieppi y Nammalakuru hasta llegar a nuestro destino del día, donde la sauna y la cena nos esperan pacientemente.
La distancia recorrida hoy ha sido de 40 km bajo un potente sol que ha calentado el ambiente hasta los +4 grados (temperatura altísima para Laponia en esta época del año). Los paisajes que hemos atravesado se describen mejor con imágenes que con palabras:
Por la noche, a eso de la una de la madrugada, tuvimos un maravilloso regalo. ¡Una Aurora Boreal! Bastante débil para lo que son en general aquí tan al norte las auroras boreales, pero para ser ya prácticamente abril no nos podemos quejar. ¡Ha sido un gran subidón!
Y después de todo esto, unas horas más de descanso para afrontar el último día de ruta.